25.2.14

El experimento Daimler-Chrysler.

En 2002 se llevó a cabo el experimento Daimler-Chrysler con ayuda de la resonancia magnética funcional. La fMRI estudió el cerebro de los 12 participantes mientras se les mostraban imágenes de vehículos, en total se proporcionaron 66 modelos de automóviles. 
La investigación concluyó expresamente con el modelo de coche Mini Cooper. Se observó que cuando los participantes veían el Mini Cooper se incrementaba la actividad en la parte de atrás del cerebro, exactamente la misma región que se activa cuando vemos el rostro de una persona. Ese vehículo recordaba a los individuos a la cara de un bebé. 
Además, los exámenes cerebrales detectaron que los participantes, ante imágenes de coches deportivos, activaban la parte de su cerebro relacionada con la velocidad, las drogas, la adrenalina y el sexo. 
El experimento desvela que cuando tenemos un coche en frente, nuestro cerebro reacciona de manera similar a cuando vemos un rostro humano, por eso unos coches nos dan más seguridad, nos parecen más atractivos o nos produce rechazo. 

HINT! Al di sopra di tutto, la elección de un coche es algo más que apariencia. 


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